¿Tienes objetivos de astronauta?

Escuchando a Chris Hadfield (entrevista publicada en “aprendemosjuntos.elpais.com”) uno de los astronautas más experimentados del mundo con casi 4.000 horas en el espacio, me sugiere abordar las <<competencias para la vida y el bienestar>> del modelo pentagonal de Educación Emocional propuesto por el Prof. Doctor Rafael Bisquerra, Catedrático de Orientación Psicopedagógica, Licenciado en Pedagogía y en Psicología.

Comencemos por ver lo que nos dice Chris Hadfield: “Hay que tener un objetivo a largo plazo, pero celebrar cada paso del camino. Si te planteas que este fin de semana, no sé cuáles son tus objetivos, pero digamos que quieres descubrir vida en Encélado, una de las lunas de Saturno. Y dijeras: “Quiero descubrir si hay vida en Encélado y no voy a poder hacerlo este fin de semana, pero podría aprender todo lo que sabemos sobre los océanos de Encélado. Si me sumerjo en toda la literatura y en todo el trabajo que ha realizado la NASA, la Agencia Espacial Europea, lo que ha escrito el National Geographic y me involucro todo el fin de semana…”. ¿De qué están compuestos los océanos de Encélado? El domingo por la noche no habrás descubierto si hay vida en Encélado, no estás ni un metro más cerca de Encélado, pero en realidad te has acercado a tu sueño.” Y añade “El domingo por la noche no eres la misma persona que eras el viernes por la tarde. Puedes celebrarlo, no habrás ido a Encélado, pero lo que habrás aprendido ese fin de semana será increíble. No creerás lo que sabes en ese momento y cómo afecta en tus propósitos. Es importante bajar tanto como puedas tu nivel de exigencia para considerar que algo es un éxito, para sentirte vencedor cada día. Depende de ti sentirte un fracasado o sentirte un ganador.
( … )”

Ahora recuerda que en la Educación Emocional: “Las competencias para la vida y el bienestar son un conjunto de habilidades, actitudes y valores que promueven la construcción del bienestar personal y social(1).

¿Cómo desarrollamos estas habilidades?:

  • si nos planteamos objetivos realistas a corto y/o largo plazo;
  • si nos responsabilizamos de la toma de decisiones en las diversas situaciones vitales, familiares, laborales, sociales etc.;
  • si identificamos la necesidad de apoyo en caso necesario mediante la búsqueda de ayuda o recursos para conseguir nuestros propósitos;
  • si adoptamos una actitud favorable a la búsqueda del propio bienestar emocional y asimismo contribuimos por expansión al bienestar de la comunidad;
  • si descubrimos nuestro propósito de vida y realizamos pequeños avances que nos acerquen a él.

Y en este punto quiero introducir la aportación del psicólogo humanista Abraham Maslow sobre el concepto de la jerarquía de necesidades recogido en su artículo “A Theory of Human Motivation” en 1943 y en su obra “Motivation and Personality”, por cuanto nos ayudará a entender qué nos mueve a satisfacer, mediante objetivos, determinadas necesidades.

Se representó este constructo en la denominada “Pirámide de Maslow” que recoge la jerarquía de necesidades del ser humano diferenciadas en cinco categorías y niveles: fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de reconocimiento y de autorrealización.

De acuerdo a esta teoría la persona iría ascendiendo los escalones de la pirámide a medida que fuera cumpliendo sus objetivos más básicos: primero, necesidades fisiológicas como respirar, comer, dormir; segundo, necesidades de seguridad en el ámbito personal, laboral, etc.; tercero, necesidades de construcción de la familia o pertenencia a un grupo;  cuarto, alcance del reconocimiento personal y social; quinto, autorrealización entendida como la necesidad de dar sentido a la existencia, marcarse un propósito en la vida, contribuir a la mejora de la sociedad, desarrollo de nuestro potencial para lograr una vida plena etc.

Si bien esta teoría tuvo sus detractores, por cuanto se criticaba que para alcanzar la autorrealización hubiera que pasar consecutivamente por los anteriores escalones de la pirámide, de lo que sí es para mí ilustrativa es de que todos recorremos un camino en la evolución vital y/o el crecimiento personal consecuencia de tener unos motivos o necesidades que satisfacer. En esta línea “(…) cada persona en cada momento de su vida puede decidir qué motivos satisfacer en primer lugar, y esa decisión también se verá afectada por su inteligencia emocional (…)” (2).

En el camino de la evolución vital desplegaremos nuestras competencias para la vida y el bienestar empleando nuestras capacidades y habilidades para conseguir fijar objetivos realistas a corto y/o largo plazo, tomar decisiones responsables sin dilación, emplear nuestra mejor actitud y que todo ello nos lleve a cumplir nuestros propósitos. Nos ayudará a ello mantener un <<sesgo de atención>> positivo, es decir, prestar más atención a los aspectos positivos de nuestro entorno. Un estudio de la Universidad de Essex concluyó que el grado en que genéticamente heredamos el optimismo o el pesimismo en alrededor de un cuarenta por ciento; lo que hagamos con el sesenta por ciento restante depende de nuestra voluntad, es nuestra responsabilidad (3).

Añade el astronauta Chris Hadfield  en su entrevista: “Creo que uno de los requisitos más importantes para poder llegar al espacio es encontrar una forma de mantener un propósito y una dirección en tu vida, aunque cueste mucho hacerlo y, probablemente, nunca llegues a la meta. Lo que yo hago es no esperar nunca hasta el final para sentir que he tenido éxito. Nunca digo: “Odio lo que estoy haciendo este año, no me gusta hacer estas cosas”. “A nadie le importa “El único momento en el que voy a ser feliz es dentro de 22 años cuando pise la Luna”.

Si te esperas hasta llegar a la Luna, ni siquiera andar por la Luna será divertido porque no será como habías imaginado. La clave está en tener ese objetivo a largo plazo para que te ayude a decidir qué hacer con tu vida, para ayudarte a decidir qué hacer a continuación: ¿qué debería hacer esta semana? ¿Qué asignaturas debería cursar este año? ¿Qué debería hacer este verano? ¿Qué película debería ver esta noche?” (…)

Permítete tener tantos éxitos diarios, semanales o a medio plazo como te sea posible, mientras consigues tu objetivo a largo plazo. Entonces no sentirás que tu vida está estancada, sino que estás cogiendo impulso, que estás logrando cosas constantemente. Te estás convirtiendo en aquello que siempre soñaste ser. Sin haber hecho esto creo que no habría podido convertirme en el astronauta que soy ahora.

  • A modo de conclusión; cultivar el autoconocimiento, la propia autonomía emocional y las competencias para la vida y el bienestar ayudará en el camino de la evolución vital y el crecimiento personal, para ello:

    1º.- <<Cónocete a ti mismo>> dijo Sócrates
    .  Incido frecuentemente en esta cita por cuanto el camino comienza con el propio autoconocimiento. Debemos hacer conscientes nuestras capacidades, nuestras fortalezas y también nuestros puntos a mejorar.
    2º.- Una vez definidas nuestras fortalezas, debemos emplearlas en nuestro día a día porque ello ayudará a mantener una apropiada autonomía emocional que favorecerá la consecución de nuestros objetivos a corto, medio o largo plazo y en última instancia a cumplir nuestro propósito en la vida.
    3º.- Planteémonos objetivos realistas. En ocasiones podremos no alcanzarlos, en ese caso será normal sentir frustración. Identifica la emoción para manejarla mejor: “Me siento frustrado, voy a ver qué puedo hacer para encaminar la situación, por ejemplo replantear el objetivo”, de esta forma logramos regular la intensidad de esta emoción.

Finaliza Chris Hadfield diciéndonos: Involúcrate en crear quién eres. No seas pasivo en tu propia vida. Solo tienes una. Involúcrate en ella. Intenta mejorar constantemente. No te conformes con quién eres ahora mismo. Intenta mejorar quién eres, y puede que en el futuro te conviertas en ese alguien con el que siempre habías soñado.”

Para terminar reflexiona ¿Tienes definidos tus próximos objetivos? ¿son objetivos realistas? ¿te has propuesto emplear tus fortalezas en el día a día?

Si todavía no lo has hecho te invito a realizar la actividad sobre “autonomía emocional” que te ayudará a definir tus fortalezas y después emplearlas en la planificación y consecución de tus objetivos y toma de decisiones. Asimismo la actividad sobre “competencias para la vida” te ayudará a identificar actividades que te autogeneren emociones positivas en tu día a día.

La entrevista a Chris Hadfield está publicada en https://aprendemosjuntos.elpais.com/especial/que-puedes-aprender-de-un-astronauta-chris-hadfield/

Bibliografía:

  • (1) Bisquerra R.; Pérez González J.C.; García Navarro, E. (2015). Inteligencia emocional en educación, 175. Madrid: Síntesis
  • (2) Bisquerra R.; Pérez González J.C.; García Navarro, E. (2015). Inteligencia emocional en educación, 159. Madrid: Síntesis.
  • (3) Alonso Puig, M.A. (2013). El cociente agallas. Madrid: Espasa

 

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